Crónica de la concejala de Ganemos Palencia; 20 de julio de 2016
“Visitamos dos campos de retención, Paranesti y Xanthi. Todo el camino por carretera vamos “escoltadxs” por un coche de la policía y cuando uno de los dieciséis autobuses pincha y deja tiradas a 50 personas hasta que venga otro, la poli no sabe qué hacer. Lo mismo que cuando otros dos autobuses toman mal el desvío y se van por otra carretera. Les desconcertamos sin planearlo, aunque ellxs piensen que es una estrategia para despistar y perderles de vista. Ayer ocurrió igual en la mani por las refugiadas (y antifa) hubo un momento al final en que la gente de Euskadi se separó para reivindicar ante la embajada suiza un tema no relacionado con la crisis de personas refugiadas, entonces los UIP fuertemente pertrechados se van en masa con Euskadi y dejan tranquila a la mani por unos minutos, hasta que llegan refuerzos.
Llegamos a Paranesti. Somos cerca de mil personas de colectivos variados, (anarquistas, antifascistas, pacifistas, ONGtistas y todos los “istas” del mundo) juntxs por una misma causa. Pienso que es un gran momento y que siempre debería ser así, que tendrían que unificarse las luchas y darnos cuenta de una vez que el enemigo nos quiere divididas.
La marcha desde el pueblo hasta la cercanía del centro transcurre en tono festivo, mientras un helicóptero cada vez volando más cercano, nos observa desde arriba. Delante va el “Black Block” y Beyond Europe, que impresionan por el número y por la uniformidad de sus componentes, todxs jóvenes y de negro. Después marcha la gente de “No Border” más variada en su indumentaria, y atrás vamos nuestra Caravana, donde la diversidad es total, con gentes de todo tipo, aspecto y edades
La entrada del centro se ha bloqueado, hay mucha policía yunalechera atravesada. El paso está cortado. Tras mucho dialogar nuestras anfitrionas de Grecia con el militar responsable del centro de detención, siempre con una fuerte presencia policial, se consigue que acceda una delegación compuesta por personal médico y legal, nada de periodistas u otro tipo de profesiones. Unas veinte personas de la caravana acceden al recinto con aspecto de cárcel, rodeada de concertinas, y las demás estamos fuera con las pancartas, cantando y coreando consignas, mientras en el bloque negro hace un rato que mucha gente se puso pasamontañas. Se enciende un ampli y por un tiempo el ambiente se relaja con la música ska.
Alguien de Beyond Europe nos avisa que cuando salga la delegación nos juntemos toda la Caravana atrás y en el centro de la calle, para ir retrocediendo hacia el pueblo, por si se monta gresca … nunca se sabe pues cualquier pequeño detalle puede ser una provocación para la policía, aunque hasta ahora se han mostrado tranquilxs. Nuestras compas salen emocionadas, explican que hay unos 300 hombres de 18 a 35 años, y diversas nacionalidades (Pakistán, Bangladesh, Marruecos, Argelia …) están confinados en barracones durante seis meses, el tiempo máximo que se les puede retener, y después algunos quedan en libertad y otros son deportados, aunque nadie sabe cual es el criterio para una opción u otra. Las condiciones higiénicas parecen adecuadas, pero sólo pueden hacer una comida al día y al siguiente día dos, porque reciben 5,8€ al día y el rancho cuesta 3€. Si están enfermos deben esperar a que acuda el médico, que viene tres veces a la semana y parece ser que todo lo arreglan con paracetamol, aunque en este punto una de las personas con la que pueden hablar explica que tuvo apendicitis y le atendieron enseguida y bien. Todo el tiempo se comunican a través de las rejas, no hay contacto personal ¿y todo para qué? como dijo alguien, para deshumanizarlos.
Vamos llegando al pueblo y afortunadamente nada pasa.
Después vamos al campo de Xanthi. A la llegada, la imagen se repite: helicóptero sobrevolando la zona y la entrada bloqueada por una lechera y 25 antidisturbios. La gente empieza a arremolinarse, y una gran pancarta desplegada delante de los UIP les impide ver directamente cómo están rompiendo las alambradas. A la vez, otros pintan grandes graffitis y un tercer grupo ha subido al edificio frente la entrada del centro y han desplegado grandes pancartas. La situación se va calentando por momentos, ahora no hay música ska ni negociación para que entre una delegación. En un momento dado, los anarquistas que portan la pancarta grande y van sin pasamontañas, se hacen a un lado, y la caravana nos damos cuenta que debemos hacer lo mismo y retirarnos. Efectivamente, poco después la policía empieza a lanzar botes de humo y echamos a correr, con tan mala suerte que el viento va en esa dirección, y el resultado son varias personas con picor de ojos, nariz y oídos.
Poco después el resto de la gente va hacia ese lateral del centro y algunxs comienzan a romper la valla y a entrar poco a poco. Al final entran cientos de ellos y se van aproximando poco a poco hasta los antidisturbios que ahora han triplicado su número y están todos juntxs. Consiguen quedarse a unos cincuenta metros, mientras que el resto de la manifestación desde fuera canta consignas y aplaude, al igual que la gente internada en el centro. Tras media hora eterna en la que nada pasa, pero tenemos la sensación que de un momento a otro van a cargar contra ellxs y va a empezar una batalla campal, al final poco a poco van saliendo y finalmente acaba “su” acción, pues creo que nada se habló de hacer algo así. Esto me hace reflexionar sobre los métodos, cuando una protesta es pacífica y cuando deja de serlo.”