Olvidados por las instituciones, se ven abocados a vivir en condiciones de insalubridad, racionando el agua, con instalaciones eléctricas precarias y altamente peligrosas.
Pero la mayor preocupación de estas personas es no tener trabajo, salarios precarios y explotación laboral. El llamado “Milagro Almeriense” que genero más de 2.000 millones de ganancia en 2015. Sí, ¿pero a costa de quién? Jornadas de 16 horas, salarios que no suelen superar los 3 €/h, cuando el salario estipulado es de 5,84 €/h, según el convenio laboral del campo Almeriense.
Se estima que hay cerca de 4.000 personas inmigrantes en la zona de Almería, la mayoría de ellas, mal viviendo en chabolas, todos los días se desplazan a los puntos de recogida, a la espera de ser elegidos por el empresario de turno para ir a trabajar, El empresario lo sabe y se aprovecha de ello, y a pesar del maltrato que con frecuencia reciben, los y las inmigrantes aguantan por miedo a no ser elegidos mañana.
Si en los invernaderos la inmensa mayoría son hombres, en los almacenes el 90% de la plantilla está compuesta por mujeres, que hacen jornadas de 12 horas de pie, con contratos fijos discontinuos. Denuncian algunas de ellas, que viven sometidas a jornadas que superan con creces la estipulada. Muchas empresas ni tan siquiera les pagan el finiquito y nadie les reclama, por miedo a ser incluidos en la lista negra.
Monsanto, Bayer, Syngenta, demasiados intereses, un negocio muy lucrativo a costa del más débil, trabajadores con el sueño roto de tener una vida digna en una Europa que les da la espalda.