Intervención de Manolo Cañada, de los Campamentos Dignidad, en la concentración de la Plaza de la Escandalera, Oviedo
MANIFIESTO “Los premios de la vergUEnza” (Extracto)
Un evento que nos causa repulsa, porque desde una Fundación caduca y corrupta se busca dar prestigio y lavar la imagen a otra institución más caduca y corrupta aún, la monarquía. Cada año tenemos en Oviedo el desfile del capital, de los que explotan y machacan a la clase trabajadora. Cerca, pero a una distancia prudente, está el pueblo vasallo que aplaude, y cada vez más apartados, y en un espacio más reducido, el pueblo luchador que protesta. Y cada año se da el debate sobre la conveniencia o no de la protesta, el supuesto prestigio que da la talla de las personas premiadas….
En el patronato de la Fundación Princesa están las grandes fortunas de este país, algunos de los más directos responsables de la crisis económica, los desahucios de familias, la estafa eléctrica, los recortes de servicios públicos y la deslocalización de industrias españolas. El empresario Villar-Mir, imputado por el caso Lezo y cuyos sobornos al PP están recogidos en los llamados Papeles de Bárcenas, Sol Daurella, dueña de la embotelladora de Coca-Cola, que cerró su planta en Asturies pese a tener beneficios, Fernando Masaveu, evasor fiscal que figura en la lista Falciani, y un largo etcétera de integrantes de la oligarquía que hacen de esta institución la Corte del IBEX 35.
El análisis de las medidas tomadas por la UE para con las víctimas de las guerras, la miseria provocada en la mayoría de los casos por las políticas del FMI, etc, exige la retirada y el total rechazo al Premio Princesa de Asturias de la Concordia a la UE. Este premio, se concede a quienes desarrollen una labor que “contribuya, de manera extraordinaria y a nivel internacional, a la defensa y generalización de los derechos humanos, al fomento y protección de la paz, de la libertad, de la solidaridad, del patrimonio mundial y, en general, al progreso de la humanidad”.
Pero esta es la realidad:
– 65 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, huyendo de sus países en guerra, ante una Europa que no resuelve sino que favorece dichos conflictos
fabricando y vendiendo armas.
– El Mar Mediterráneo y las fronteras europeas son fosas comunes donde miles de personas pierden sus vidas por culpa de los gobiernos europeos que les niegan sus derechos
impidiendoles entrar por las fronteras, incumpliendo la legislación internacional.
– Violentas acciones policiales y militares contra las personas que piden refugio en las fronteras.
– Desaparición de al menos 10.000 menores en territorio europeo a manos de las redes de trata o las violencias basadas en el género a mujeres y niñas.
– Más de 72.000 personas permanecen atrapadas debido al cierre de fronteras con vallas de alambrado y la lentitud por parte de los gobiernos para cumplir con las obligaciones de
dar asilo y refugio a los que tienen derecho a él.
Está claro que premiar a la UE es premiar al verdugo. Hay razones suficientes para calificar como una absoluta vergüenza la concesión del premio de la Concordia a la Unión Europea. Resulta indignante e insultante que se haga esta distinción a la institución que incumple con sus obligaciones según la legislación internacional, que le niega sus derechos a gente que huye de la muerte y la guerra.
Nuestro rechazo a una UE que utiliza la Ayuda Oficial para el Desarrollo como medio para imponer políticas de control de fronteras y como instrumento de chantaje a los países de origen.
De los millones de personas refugiadas de guerras, miseria inducida, cambio climático, persecución por ideas u opciones sexuales, que huyeron para salvar sus vidas, los Gobiernos miembros de la UE hace dos años acordaron, que sólo dejarían entrar a 160.000. Tampoco lo han cumplido, España sólo ha dejado pasar a 1.980 personas.
Esta es la Concordia de la UE a la que premia una Fundación dirigida por la oligarquía y representada públicamente por un Rey que negocia con los culpables de la miseria, el terrorismo y la deshumanización.
Nos parece que es una provocación hacer esta distinción a la institución que pone alambradas y cierra fronteras, a la que impone reformas laborales, recortes de servicios públicos y asfixia a los pueblos para pagar la deuda. Por eso este año la voz del pueblo tiene que sonar más fuerte que nunca, todas y todos tenemos que manifestar nuestro rechazo y repulsa a este premio. Nuestro rechazo a una UE que lejos de fomentar la solidaridad de los pueblos, ha creado una Europa desigual, insolidaria y cruel con los pueblos y generosa y sumisa con el capital.
La vergUEnza no merece un premio
Frente a su vergUEnza, nuestra solidaridad!