RIACE, ejemplo de integración

Este pequeño pueblo de Calabria, es mundialmente conocido por su proyecto de integración. Actualmente, la población es de unas 1500 personas, de las cuales aproximadamente un tercio, pertenecen a 26 nacionalidades diferentes

Todo comenzó en el verano de 1998, en una playa a ocho kilómetros de Riace a la que llegó una barca con 250 refugiados kurdos. En esos años, a finales de la década de los 90, en Riace apenas quedaban 400 habitantes. Lucano, que entonces era profesor de química, sugirió una idea que cuajó entre sus vecinos: hospedar a los primeros kurdos que llegaron en las casas abandonadas del centro histórico del pueblo. Una iniciativa que fue creciendo a medida que arribaban a la costa italiana más embarcaciones. En los primeros años pasaron más de 6.000 refugiados. Y cerca de 300 decidieron quedarse.

Lucano, ya elegido alcalde en 2004, les alojó en las casas abandonadas y les dio trabajo en el campo. Poco a poco, la actividad económica fue renaciendo, abrieron pequeños comercios, panaderías, talleres de artesanía y el colegio volvió a llenarse de niños.

El alcalde fundó la Asociación “Cittá Futura” para ocuparse de la gestión y de las necesidades de los refugiados, así como de crear programas de enseñanza del idioma y distintos talleres. También creó hace ocho años una moneda social, los bonos, billetes (con valor de 1 a 50 euros) con la imagen de Martin Luther King, Nelson Mandela o Ghandi, que se les da a los refugiados para que puedan comprar cosas básicas. Cuando pagan con ese dinero, se cambia a euros en el ayuntamiento. En principio, el ayuntamiento debería recibir 30 euros al día por cada persona acogida para sostener el sistema (alojamiento, ropa, asistencia social y legal, escuela para los hijos), pero, según Lucano, ese dinero muchas veces llega tarde o no llega. «Por eso creamos la moneda social, para evitar que se hunda el sistema que hemos creado por la tardanza de los pagos», critica el alcalde. A la Hacienda italiana no le hizo mucha gracia y empezó a investigar a Lucano por «irregularidades en las cuentas del ayuntamiento». Sin embargo, los funcionarios estatales redactaron un informe alabando el proyecto que ha permanecido oculto hasta que se ha hecho público por vía judicial. Días atrás, en la televisión italiana, el nuevo ministro del interior Salvini mandó un mensaje a su enemigo «Al alcalde de Riace no le dedico ni medio pensamiento. Es el cero», insinuó el líder de La Liga Norte, reiterando su promesa de recortar 5.000 millones para la acogida de inmigrantes en Italia.

Otra de las curiosidades de Riace es su sistema de basura. Daniel, que nació en Ghana, llegó en patera a Lampedusa en 2008. Después se fue hasta el pueblo de Calabria y empezó a trabajar recogiendo las bolsas de los contenedores de reciclaje con un carro empujado por dos burros. Esto trajo a Riace un problema con la mafia calabresa, la ‘Ndrángheta, que entonces se encargaba de la recolección de basuras. «Amenazaron al alcalde, hasta que entendieron que todo lo que hacía estaba destinado a fines sociales, a ayudar a los pobres refugiados y no para lucrarse él», cuentan los vecinos de Riace.

 

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